COMUNIDAD Y GREMIO

Los Angeles, 26 de julio del 2020.

Se nos está haciendo difícil afrontar los retos que se vienen tras las medidas tomadas por los diferentes gobiernos al respecto de esta pandemia, la cual además de sus implicaciones específicas de enfermedad contagiosa, vino a ser el catalizador dando la estocada final a lo que se venía fraguando en lo geopolítico y lo económico. A las desavenencias entre USA y China por el comercio se le agrega entonces un punto más de enemistad retórica, al incluir el virus en el discurso de las mismas ya que como todos sabemos el virus surgió en China. 

Agregando a esto, las medidas de los gobiernos en reducir su fuerza laboral para contrarrestar el contagio masivo de esta enfermedad, nos coloca en una posición de mucha incertidumbre de cara al año que viene y en muchos casos de cara al día que viene.

El viraje que está haciendo USA de pasar de dirigir el globalismo a iniciar políticas proteccionistas no vistas desde que Trump asumió la presidencia, es un fenómeno que llama la atención y parece ser un momento muy peculiar en la historia. Estados Unidos siendo la única super potencia económica política y militar, decidió abandonar la ruta que llevaba para readaptarse a un nuevo proyecto, este abandono a ese plan estaría siendo apoyado por parte de la clase dirigente de USA tomando en cuenta que hay otra parte de esa misma clase a la que no le convienen estos cambios.

Esta pugna, este choque de fuerzas se está sintiendo en todos los estratos y tendencias de la sociedad norteamericana y del mundo, causando una grieta entre los unos y los otros de turno, que hace más difícil poder coordinar hasta los asuntos comunitarios ya que todo, absolutamente todo se está politizando en favor de esta “grieta”.

Latinoamérica como periferia de la centralidad de los asuntos globales debe estar a la altura del conflicto; debemos de apostar por la paz ya que es en esas periferias donde los imperios suelen tener las batallas. En toda América (Norte, Centro, Sur, Antillas), debemos de tener comunidades fuertes, que puedan afrontar y coordinar como tales los retos que conlleva todo gran cambio. Nuestras comunidades deben de dejar de ser la moneda que todo el tiempo la corrupción está lanzando al aire, apostando a ambos lados de ella. La corporación política corrupta, reconozcámoslo, su única labor es el saqueo. Así que si una sociedad no sabe apoyarse para tener controlados a los saqueadores, será una sociedad que pasará penas y necesidades; y déjeme decirle que si su comunidad, si su gremio cae en desgracia es muy muy probable que usted individuo, no se la pasará bien tampoco. 

Lui Donis

@luidonisblog